PATOFISIOGNOMIA |
El aprovechamiento de señales externas para emitir un diagnóstico interno es tan antiguo como la medicina misma. La capacidad de información de la patofisonomía
no sido puesta en duda por nadie, ha sido tan sólo que el avance
de la medicina de laboratorio y aparatos ha llevado la atención
en otra dirección, de tal modo que el diagnóstico visual
inevitablemente se ha estancado. El médico más genial de toda la historia HIPOCRATES ya confiaba en el sensibilidad del diagnosticante. En sus escritos “De Prisca Medicina”
expone: Los síntomas exteriores de enfermedades
interiores son por un lado cambios burdos de fácil reconocimiento
y por otro lado estigmas subliminales que permanecen ocultos a la vista
de personas no capacitadas El diagnóstico visual exige una buena memoria
y una mirada crítica que registre el más ínfimo cambio
o variación. Cada indicio particular en el rostro, piel o cuerpo, especialmente si son marcados, llevarán a la enfermedad interna. Estigmas discretos se pueden presentar con mucha
antelación a la patología interna. Este paciente presenta el pliegue nasolabial muy pronunciado: anacisidad La punta carnuda de la nariz del paciente refleja una dilatación general del estómago. Normalmente se trata de personas que gustan de la buena mesa, ocasionando en ellos mismos esta dilatación. El engrosamiento de las comisuras de la boca se relacionan siempre con una pancreopatía
Patologías de Basedow: A primera vista llama
la atención el exoftalmo. Los ojos saltones son una de las tres
características (Merseburger Trias), no presentándose los
otros síntomas, habrá de referirse a un hipertiroidismo,
una hiperfunción de la glándula tiroides. |